sábado, junio 08, 2013

PRIMERA ROSA


Estoy un poco pesado con el rollo vegetal. 
De hecho hoy iba a dedicar un post a mis "tentaciones" basado mayormente en un maromo que he descubierto con el suficiente empaque como para estimular mis chuchurrías feromonas una temporada...no porque me gusten los maromos ligeros de ropa, ojo, ya me conoces ( glup ) sino porque este tema de angiospermas y gimmnospermas me va a arruinar la escasa afluencia de visitantes y a lo que yo aspiro es a tener veinte mil lectores diarios, que la cocacola esa me pague un potosí por dejarles colgar un letrerito en una de mis columnas laterales y vivir de las cuatro gansadas que pongo por aquí una vez a la semana.
Sin embargo ahí me tienes, el ángel de siempre, espiritual y entrañable, que otra vez renuncia a los laureles y la fama insistiendo en ser fiel a sus principios, y ESTE principio en concreto me tenía la atención muy distraída últimamente. Llevaba las últimas semanas -mientras echaba un ojo al terreno preparando el anterior post- controlando los capullos de mi rosal silvestre favorito, ese mismo que ha presidido la cabecera de este blog en alguna ocasión, con la camarita del móvil en marcha como si se me pudiese escapar corriendo el arbusto en sí mismo a la vista de la prensa. Todo esto mientras mi progenitora y los eventuales transeúntes me contemplaban saltar entre las matas con un gesto mezcla de compasión y un poco también de cierta prevención, en plan "ah, pobrecillo, como un animalejo correteando por los solares degradados del casco urbano... pero un momento...¿será un tipo peligroso?"
Pues bien, gracias a hacer el capullo controlando el capullo, valga la redundancia y con este desprecio por la propia imagen personal y social , he conseguido este documento inédito: ¡la primera rosa! de mi rosal.
No ha elegido el mejor día para asomarse al mundo, ya lo ves, pero con ese cielo gris oscuro como de tormenta tras ella, resulta única y preciosa  en su sencillez, su belleza y su indefensión.
Tras encontrarla podemos decir que ese rumor que corría por ahí ya es un hecho: el verano está de verdad a la vuelta de la esquina.
Así que por favor... no llores más...